¿Cuántos de nosotros tenemos buenos hábitos?
Practicar buenos hábitos es crucial para alcanzar nuestros objetivos. Si tenemos una meta a la cuál queremos llegar, no podemos hacerlo sin incorporar a nuestra vida pequeñas acciones diarias que nos empujen hacia ella.
Pero, hay un obstáculo al que todos nos enfrentamos, y es la dificultad de adquirir esos hábitos. Es mucho más fácil caer en malos hábitos que construir buenos.
¿Cómo superamos esta traba, entonces? James Clear, autor del #1 New York Times bestseller “Atomic Habits” (Hábitos Atómicos) nos cuenta en su libro unas técnicas útiles y sencillas para adoptar acciones que nos acerquen a la vida que queremos tener y a la persona que queremos ser.
La primera que os queremos exponer es la de “Implementation Intention”, o “Intención de Implementación”. Suena muy fancy, pero es más fácil de lo que creéis. Simplemente se trata de externalizar con claridad la conducta que queremos realizar, el cuándo y el dónde.
Es muy fácil decir “voy a empezar a ir al gimnasio”, o “voy a llamar a mis padres más seguido”, pero nos suele suceder que no lo terminamos haciendo nunca, o muy pocas veces, porque estamos dejando esa intención en el aire, sin concretar una hora y lugar.
¿Cómo manejamos esto entonces? Sencillo… Aplicamos la intención de implementación, que consiste en rellenar la siguiente oración: Voy a [CONDUCTA] el [DÍA] a [HORA] en [LUGAR].
- Voy a IR AL GIMNASIO el JUEVES a las 8AM en ALTAFIT
- Voy a LLAMAR A MI MADRE el DOMINGO a las 3PM en MI HABITACIÓN
Si aclaramos la conducta, el cuándo y el dónde de la acción o hábito que queremos implementar, las probabilidades de que hagamos lo que nos proponemos incrementa drásticamente.
La otra técnica que Clear expone en su libro se llama “habit stacking”, o “apilamiento de hábitos”. Consiste en vincular un hábito que quieres adoptar, a uno que ya existe en tu rutina. Esto facilitará la implementación de un hábito nuevo (que puede ser difícil de hacer) porque lo empezarás a relacionar con algo que ya sueles hacer con facilidad o inconscientemente.
Para ello, tienes que formularte la siguiente frase: Luego de [ACCIÓN RECURRENTE] voy a [ACCIÓN NUEVA].
- Luego de LLEGAR A CASA DE LA UNI voy a CAMBIARME A MI ROPA DEPORTIVA Y SALIR AL GYM.
- Luego de BAÑARME POR LA NOCHE voy a LLAMAR A MI PADRE.
Con el tiempo, ya empezarás a relacionar en tu mente la acción A con la acción B, hasta un punto en que te encontrarás haciendo ambas por inercia.
Si queréis profundizar en estás técnicas y más, os sugerimos el libro del que hemos estado hablando: “Atomic Habits” de James Clear, o visitar su página web; e invitaros a poner en práctica estás técnicas de construcción de hábitos. La etapa universitaria puede ser muy abrumadora a veces, y los buenos hábitos y la organización nos ayudan a mantenernos a flote y encaminados hacia nuestras metas y objetivos.